Sociedad
Entrevista al Suboficial Principal Músico VGM Ramón Eusebio Ortigoza. (*) 1982 - 2023 Por el Teniente Coronel Banda Diego Gonzalo Cejas
3 de mayo de 2023
Nací en Mercedes, provincia de Corrientes, el 4 de noviembre de 1955. Me incorporé al Ejército Argentino como Voluntario Músico en el Regimiento de Infantería 12. Posteriormente ingresé como Aspirante a la Escuela de los Servicios para Apoyo de Combate General Lemos.
Mi primer destino como suboficial músico fue el Batallón de Comunicaciones de Comando 121, entonces en Rosario. En 1978 regresé a Mercedes, nuevamente al Regimiento 12 y, finalizado el Conflicto del Atlántico Sur, me dieron el pase al Grupo de Artillería 7, en la provincia de Chaco. Allí, con el grado de Suboficial Principal, finalicé mi carrera militar.
En 1982, cuando supe que el Regimiento partía a las Islas, le pedí a mi Jefe de Unidad que me incluyese entre quienes habrían de ir a la guerra.
Entre tantos voluntarios, él me eligió a mí y, hasta el día de hoy lo recuerdo cuando me dijo - "Prepárate Ortigoza, porque nos vamos a Malvinas".
¡Ya en las Islas, el 10 de abril, me tocó izar la bandera en Puerto Argentino con mi trompeta, estaba recién llegado!...
Tengo tantas anécdotas que contar... de esa trompeta surgieron melodías de jazz, de cumbia, de chamamé. Con mi instrumento alegraba las reuniones de mis camaradas en las posiciones. Hacía los toques que ordenaban las actividades en Darwin: el desayuno, el rancho, reunión y otras.
Por ese entonces las familias de ingleses en Darwin estaban reunidas en la iglesia de Puerto Argentino, ya que los habían evacuado para preservarlos de los bombardeos. Nuestro jefe, el Teniente Coronel Ítalo Piaggi me enviaba a tocar en sus reuniones, cuando había algún cumpleaños o festividad. Además, carneaba ovejas para ellos. En alguna oportunidad cuidé sus ovejas y ayudé en el arreglo de los corrales. Conmigo siempre fueron muy amables por mi música y mi colaboración con sus manadas.
También debí rendir honores con mi trompeta, en el sepelio del Teniente Nick Taylor, derribado su avión por nuestra artillería antiaérea. Hice para él un sentido Toque de Silencio.
Me tocó además combatir, defendiendo las posiciones en Darwin. Recuerdo una noche en la que, junto al sargento Serna y tres soldados, fuimos a llevar municiones a la primera línea.
La oscuridad estaba llena de proyectiles trazantes y explosiones. La artillería de ambos estaba trabada en combate y debimos ponernos a resguardo. A las primeras luces vimos unos soldados a metros de nosotros. Nos acercamos creyendo que eran propia tropa, pero los oímos hablar en inglés. Ya ocupaban las posiciones que la noche anterior eran nuestras... ¡Estábamos rodeados de tropas británicas! Nos retiramos a toda prisa por un cañadón sin sufrir ninguna baja y al llegar a las posiciones del Regimiento, pasamos la novedad de lo vivido.
Al llegar el momento de la rendición, mis compañeros infantes quitaban los cerrojos de sus fusiles e inutilizaban sus armas. Yo desarmé los pistones y las bombas de mi trompeta, la aplasté con una piedra y las arrojé al mar en Puerto Darwin. No iba a permitir que se la llevase como botín de guerra. Era la trompeta de un soldado argentino y tenía que quedar en territorio argentino.
Los civiles de Malvinas le hablaron a sus tropas muy bien de mí, le contaron de mi música y cuanto los ayudé.
El sargento británico que me tomó prisionero, me dijo: - "Se acabó la guerra, somos camaradas". La verdad, tenía razón: nada hermana más a un soldado con otro que padecer las mismas privaciones y penurias. Pero algo nos diferencia también: nosotros luchamos por nuestra tierra, ellos, no.
(*) En el año 1982 participó en la guerra de Malvinas como integrante de Regimiento de Infantería 12 "General Arenales"
Gentileza de Nestor Papa
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16/04/2025