El pasado 24 y 25 de diciembre se escuchó pirotecnia en todo General Alvear y la sufrieron las familias de niños con autismo y los Perros, muchos de ellos desaparecieron de sus Hogares. Lo que para muchos es un escenario de disfrute, para otros es una pesadilla. ¿De verdad se puede seguir teniendo estas prácticas si pensamos que un perrito puede estar escondido debajo de una mesa temblando toda la noche o, peor, si sabemos que una familia que tiene un hijo con autismo lo va a padecer durante días?

Las personas con autismo tienen desarrollado hipersensibilidad auditiva y sonora.

La pirotecnia provoca un triple impacto: en las personas, en los animales y en el ambiente por los químicos.

Necesitamos la sensibilización de toda la sociedad y que reconozcan que lo que puede ser un momento festivo, recreativo o artístico para una parte de la población, es un sufrimiento innecesario para muchas familias.

Los animales domésticos sufren los estruendos de la pirotecnia. Los puede afectar por el lado emocional o porque está pasando algo que no saben gestionar. Esa inestabilidad emocional, ese susto, les puede producir ansiedad o miedo real.

Está claro que No alcanza con los mensajes y publicaciones que el Gobierno Municipal realiza antes de las fiestas solicitando que no se comercialice ni se tire pirotecnia, deberá buscar el mecanismo para cumplir con la Ordenanza vigente y sancionar a quienes la incumplen.